¿Deberíamos cambiar los códigos en una dimensión por códigos 2D?

codigos 2D

En la entrada de hoy vamos a ver las ventajas que los códigos en dos dimensiones poseen y los motivos por los cuales deberíamos cambiar hoy mismo los códigos 1D de nuestra empresa. Mediante este económico proceso serás capaz de guardar una gran cantidad de información en una porción mínima de superficie a la vez que facilitarás las tareas de lectura sin depender de bases de datos ajenas.

Las ventajas de los códigos 2D

Económicos y versátiles

Sin duda alguna unos de los mayores atractivos de los códigos en dos dimensiones es el bajo coste de su implementación, algo especialmente importante a la hora de elegir el sistema de marcado destinado a la trazabilidad de un producto. En este sentido, los códigos 2D también son excelentes ya que se adaptan sin problemas a las principales tecnologías de impresión que podemos encontrar mercado actual.

Toda la información en el mínimo espacio

Otra de la ventajas de estos códigos 2D es su pequeño tamaño, que nos permite almacenar una enorme cantidad de información es un espacio muy reducido. Esta impresión puede ser leída con tan solo un 20% de contraste lumínico, lo que abre un amplio abanico de posibilidades a la hora del marcado directo o DPM (Direct Part Marking) sobre piezas minúsculas.

Sin depender de bases de datos externas

Esta capacidad que tienen de guardar gran cantidad de información es muy útil y gracias a ello no hace falta acceder a ninguna base de datos para complementarla, algo que sí ocurre con los códigos de barra, que en definitiva no son más que un índice que nos ayudan a encontrar un registro determinado, como por ejemplo el número de lote, precio o destino.

Los códigos en dos dimensiones pueden hacer este trabajo con la misma eficacia utilizando menos espacio en la superficie y además funcionando como su propia base de datos, otorgando una enorme autonomía.

Información y legibilidad

Los códigos 2D cuando se imprimen con impresoras de tinta o térmicas están formados por unas celdas cuadradas blancas y negras que pueden presentar o no perforaciones cuando se efectúan con láser. Cada una de estas celdas representa un bit de información.

Otro de los aspectos más interesantes estos códigos es su enorme legibilidad en situaciones de bajo contraste, lo que facilita enormemente su lectura al no hacer falta apenas brillo para reconocerlos. Es más, son capaces de corregir ciertos errores de lectura y se pueden elaborar con niveles de redundancia, duplicando la información total, o bien guardar solo los datos esenciales.

La redundancia supone una mayor superficie de impresión pero también hace que sea más complicado perder la información. De hecho, las pruebas demuestran que estos códigos 2D son muy resistentes a cualquier mancha de tinta, perforación o daño producido por el transporte, así como muy complicados de sabotear. Algo muy distinto con los códigos 1D, que para estropear su legibilidad solo hay que trazar una línea paralela a lo largo del mismo.