Mejora sustancial del etiquetado en el marcaje de los alimentos

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La Unión Europea ha ido sucediendo numerosos reglamentos que se adaptasen al panorama global; con más exigencias que hagan del etiquetado un proceso primordial para garantizar la información exhaustiva que reclama el consumidor cada vez más.

Aparte de que esta información sea clara y legible, los consumidores tienen la oportunidad de elegir los alimentos que consumen discriminando entre ellos según factores como alérgenos, nanoingredientes, el tipo de envasado que hayan sufrido o simplemente si son o no saludables.

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Sin embargo, el requerimiento de toda la información obligatoria no se hace posible en productos con una superficie de menos de 10 cm², por lo que en estos casos es suficiente con incluir el nombre del alimento, posibles alérgenos y la cantidad neta la fecha mínima de perduración. Por otro lado, los envases con superficie máxima de 25 cm², pueden no incluir la información nutricional.

También es obligatorio informar en las etiquetas de carnes (cerdo, oveja, cabra, aves de corral…) frescas, refrigeradas o en forma congelada, el origen geográfico del cual proviene ese ingrediente primario. En el caso de estar hablando de aceites o grasas, es también obligatorio exponer el origen vegetal o animal de estos productos.

En cuanto a congelados, debe plasmarse la fecha de congelación (en el caso de carnes, pescados no transformados…) y la de descongelación (en el caso de que se hayan descongelado antes de su venta, se deban necesariamente congelar en la producción o se descongelen sin probabilidad de alguna consecuencia negativa…).

La información nutricional (energía, grasas, hidratos de carbono, proteínas, sal…según la proporción por cada 100 gramos) es de carácter igualmente obligatorio; así como el contenido de edulcorantes, la cafeína, alcohol, fitoesterol o si se ha envasado en una atmósfera protegida.

La tabla nutricional debe estar seguida de estimaciones de ingesta diaria que son realmente importantes para las vitaminas y minerales en adultos.

Por último, y con gran importancia sobre la salud poblacional, hablamos de los alérgenos y la obligatoriedad de la exhaustiva información que permita a los afectados saber lo que comen sin miedo a tener riesgos en su salud.

Los alérgenos se han de informar de forma obligatoria en alimentos que no estén envasaos y en los envasados con mayor exhaustividad referencial a la tipología dentro de la lista de ingredientes detallados del alimento. La normativa respecto a esto se actualiza continuamente para adaptarse a las alergias que sufre la población y para mejorar continuamente algunas carencias que puedan ser lacra social para estas personas que necesitan la herramienta del etiquetado para sentirse seguras de estar alimentándose sin correr riesgos.

Ya vemos que esta normativa está muy avanzada y que puede llegar incluso a regular los tipos de presentación o publicidad de estos productos y sus envases para que el consumidor sea la prioridad, siendo aquí donde la industria del marcaje juega un papel regulador primordial.