Tecnología de impresiones y tipos de superficie

Hace unos días publicamos una entrada en la que hablábamos sobre las distintas tecnologías de impresión que podíamos encontrar en el mercado y su funcionamiento básico. Decantarse por una u otra va a depender sobre todo del tipo de trabajo que queramos hacer. Y sin duda, uno de los factores más importantes que tenemos que tener en cuenta a la hora de hacer nuestra elección es el tipo de superficie donde vamos a trabajar. En la entrada de hoy vamos a dar unas pautas generales para que empecéis a asociar cada tecnología con sus usos más inmediatos.

Superficie del producto

Cuando nos referimos a la superficie del producto estamos hablando de la forma que tiene y también de su textura. Las posibilidades son muchas, puede tratarse de una superficie plana, rugosa, lisa, porosa, metálica, acabada en curva… Y es que es muy distinto trabajar sobre una caja de cartón que hacerlo sobre una lata de aluminio. En este sentido, vamos a encontrar una tecnología de marcado que se adapta a la perfección a cada uno de estos casos.

DoD

En este sistema las gotas de tinta solo se expulsan cuando es necesario y por tanto es ideal para imprimir caracteres de gran tamaño, como gráficos o fechas, en todo tipo de materiales: plástico, madera, metal, cajas arrugadas y sobre todo en aquellos que son porosos. La gran ventaja que posee el DoD es que no tiene contacto directo con la superficie que se trabaja, lo cual es genial cuando se trata de una especialmente delicada, como por ejemplo las anteriormente mencionadas cajas de cartón.

CIJ

Por el contrario, las impresoras que se basan en tecnologías de “Chorro de tinta continuo” se usan sobre todo para grabar caracteres pequeños, también en casi cualquier superficie. Su presencia es mayoritaria en las líneas de producción que trabajan a una gran velocidad, especialmente en superficies curvas e irregulares, propias de vidrios, plásticos o latas.

TIJ

Esta tecnología se caracteriza por combinar en un cartucho tanto el cabezal de impresión como el suministro de tinta. De esta forma, un operario puede cambiar las unidades rápidamente mediante un sencillo proceso. Ésta es una gran ventaja, ya que para la operación no se requiere un personal cualificado y, quizás lo más importante, no es necesario detener la línea ni la producción, con el consiguiente ahorro que esto supone. Por todo ello, este sistema está especialmente recomendando para líneas que trabajan a pleno funcionamiento y que, bajo ningún concepto, pueden detenerse.

Como acabamos de ver, no hay una tecnología de impresión mejor que otra, sino que nuestra elección debe hacerse teniendo en cuenta las peculiaridades del trabajo a realizar, el tiempo que disponemos para ello y otra serie de elementos que conforman el proyecto. Esperamos haber ayudado en el tema y que la información de esta entrada os sirva en el futuro para minimizar vuestros errores y, por tanto, vuestros ingresos y gastos.

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